Globos.es - Vuelos en Huesca
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Os relatamos algunas de las experiencias de pilotos y pasajeros que han volado en globo con el equipo de globos.es.

Información de primera mano traída desde el cielo:

- Es un espectáculo y supone la posibilidad de hacer realidad un sueño original de todo ser, volar. Poca gente ha visto en realidad un globo y se sorprenden al principio porque no lo imaginan tan grande y menos el proceso de montaje, yo creo que solo eso ya vale la pena volar en globo. Después del montaje viene el momento de dar quemadores y elevar la vela… impresionante.

- Arriba te sientes el dueño de todo aquello que ves. Es para ti, al menos la vista que divisas. Libertad, relajación, tranquilidad…será que se sienten tantas cosas que es difícil agrupar en una respuesta estandar. Feliz, creo que esto puede resumir el sentimiento. Satisfacción, alegría…

- Para mi es un paralelismo con la vida o la propia existencia. Sabes de donde tomas salida pero el destino es siempre incierto. El globo al no poderlo dirigir a tu antojo, supone una aventura continua, como la vida misma. 

- Durante el ascenso la tierra se va haciendo pequeña a nuestros nuestros pies. No hay más que relajarse, sentir el contacto directo y permanente con al naturaleza y descubrir un mundo de sensaciones y placeres dentro del viento.

- Casi no se percibe sensación de movimiento: es el suelo que se mueve por debajo de nosotros.

- Subir a un globo es dejarse volar, flotar suave, ligera e imperceptiblemente, con el sonido del quemador rompiendo el silencio a cada llamarada. En lo alto, el sonido circula de forma distinta a como lo hace en el suelo: por ejemplo, el ladrido de un perro parece producirse en el aire alrededor de nosotros y la gente en tierra puede oirnos hablando en un tono normal.

- La sensación de volar Huesca es única. No es comparable a volar otra provincia. Somontano, Monegros, Cinca, Litera y Hoya son comarcas ideales para practicar el vuelo en globo.

- Visto desde el cielo, el mundo parece distinto y la realidad cobra nuevos significados. Eso sí: al bajar de la cesta la vida sigue siendo igual. Bueno, igual, pero con unas increibles sensaciones añadidas a nuestra existencia, con la certeza de que hemos tenido el privilegio de gozar de esa nueva percepción del espectáculo del mundo… 

- Arriba en vuelo, las impresiones son multiples y muy variadas. Impresiona contemplarse así, flotando en las alturas en una cesta de mimbre, sobrevolando nuestros preciosos parajes, contemplando la majestuosidad de nuestras montañas…

- Ascender, por el calentamiento del aire dentro de la enorme vela y descender por el enfriamiento del mismo. Así de sencillo, así de complicado, subir y bajar. ¿Quién no soñó volar alguna vez? Algunos afortunados o aventureros consiguen hacer realidad la universal ilusión de tener alas en globos de colores para alejarse 1500 metros del suelo que pisamos.