Es crucial arrancar a primera hora del día porque es en ese momento cuando las condiciones del viento son más estables y la temperatura atmosférica es más baja y uniforme.
Se recomienda vestir acorde al clima del momento y llevar zapatos confortables.
El clima juega un papel crucial en esta actividad. Por lo tanto, estaremos en comunicación en los días que anteceden al evento para monitorear el pronóstico del tiempo. Si la previsión es desfavorable el día previo al vuelo, lo cancelaremos y buscaremos reprogramarlo. También es posible que aunque el pronóstico sea bueno, las condiciones meteorológicas de la mañana no lo sean; en este caso, el piloto puede optar por cancelar el vuelo y reprogramarlo para otro día.
Aunque no hay restricciones legales de edad, recomendamos que los niños sean mayores de 5 años para participar. No hay límite de edad para los adultos. Es una experiencia segura y relajante; sin embargo, no es apta para mujeres embarazadas o personas con osteoporosis.
Los globos aerostáticos no tienen capacidad para controlar la dirección; nos desplazaremos según la dirección del viento. Podemos controlar la altitud, y en base a eso buscaremos las corrientes de aire que más nos convengan. La altitud máxima estará determinada por las condiciones del área y los vientos actuales.
El primer vuelo en un globo aerostático fue realizado por los Hermanos Montgolfier en diciembre de 1782 en Francia. Los primeros pasajeros fueron un pato y una oveja, que aterrizaron ilesos. Un año después, Pilatre de Rozier y Arlandes fueron los primeros humanos en volar con éxito en un globo. A partir de ese momento se instauró la tradición de celebrar cada vuelo en globo con un brindis de champán.